A estas alturas —suponiendo que lleves algún tiempo leyendo mis publicaciones—
es posible que ya te hayas dado cuenta que soy una persona que
acostumbra a evitar temas de contingencia a nivel país (Chile), pero por
hoy pienso permitirme esta instancia para hacerlo. Sé que lo más
probable es que me queme por hacerlo y que prácticamente nadie estará de
acuerdo conmigo, pero vale la pena intentarlo.
Nunca
me ha gustado expresar mi opinión sobre ciertos temas, puesto que a las
personas les suele desagradar mi forma de pensar y se lo pueden llegar a
tomar personal, cuando es únicamente producto de mi propia visión, la
cual me permite crear una opinión objetiva sobre cualquier problema que
se presente. Es más, hace un par de días, me encontraba en el salón de
clases con cierto profesor, al cual al parecer le molestó verme con un
gorrito de lana en la cabeza, el cual utilizo netamente para ordenarme
un poco el pelo, dado que, de no hacerlo, adquiere esa forma de lechuga
que tanto me desagrada.
—Chicos,
a estas alturas ya deberían saber que, al estar junto a una persona de
mayor cargo (o posición, no recuerdo sus palabras exactas) no pueden
estar con un gorro en la cabeza. Es una falta de respeto —dijo, mirando a todos pero lanzándome una indirecta tan directa que por un momento me hizo enfadar.
Le
iba a responder, pero no valía la pena. Había notado que llevaba unos
minutos haciendo su clase con las manos en los bolsillos, y era un buen
momento para sacárselo en cara, sin embargo, de hacerlo, me ganaba su
odio y me tendría fichado por todo el semestre. Era obvio; no salía a
cuenta para mí responderle. Me quité el gorro y lo guardé en la
chaqueta, mientras miraba sus manos que aún estaban dentro de sus
bolsillos.
Son
estas situaciones las que me han hecho guardar un sinfín de opiniones
objetivas y críticas constructivas que pueden ser tomadas a mal por esta
gente que no soporta que le digan que están haciendo algo mal. Es un
virus que se ha incrustado en prácticamente toda la población de este
país, convirtiéndolo en algo realmente asqueroso. Cabe destacar que no
estoy generalizando; siempre hay personas con las que se puede hablar de
buena manera.
Fuente imagen: https://www.youtube.com/watch?v=8u1-JILEx5Y
Hace
unos días, un carabinero le disparó en la cabeza a un perro durante un
procedimiento policial en la comuna de Quilicura. Las opiniones llegaron
rápidamente y, como era de esperar, la poca objetividad terminó por
crear de esta situación una auténtica guerra de insultos de un lado y
del otro.
Por
una parte, los que defendían al carabinero, argumentando que él
únicamente se defendió ante el agresivo ataque del can, que ya lo había
mordido más de un par de veces. Por otra parte, los defensores del
perrito, que se encargaron de destrozar la acción realizada por el
carabinero, tildándolo de asesino y de monstruo, que no era necesario
matarlo.
Ahora,
¿qué tienen en común ambas opiniones? Que ninguna es 100% objetiva.
Ambas tienen cierto sesgo basado en sus creencias y valores personales,
el cual los hace querer pasar por encima de la opinión del otro grupo.
Al final, todos los comentarios se convertían en insultos de un lado al
otro.
—De seguro nunca has tenido una mascota —decían de un lado.
—¿Y que pasaba si el perro agredía a tu hijo? —del otro lado.
Creo
que las anteriores eran las opiniones más agradables que leí, dado que
las demás eran únicamente insultos, perdiendo totalmente su sentido
tenerlas en cuenta.
Bien, habiendo contextualizado la situación que vive mi país actualmente, va siendo hora de entregar —por una vez— una opinión sobre un tema de contingencia nacional. Aquí vamos:
Veamos...
Tras ver diferentes videos sobre la situación, pude apreciar la
agresividad del perro durante el procedimiento de los carabineros. Luego
de la insistencia, le llega el disparo. No soy una persona muy sensible
con estas cosas, pero algo sentí al ver cómo ese perro meneaba su cola
por últimas veces tras recibir ese disparo, antes de morir.
Inicialmente,
no me pongo ni del lado del perro, ni del del carabinero. Ni mucho
menos de las personas que estaban tras las opiniones que te comentaba
más arriba.
Ahora, voy a desglosar la opinión en diferentes preguntas sobre la situación:
1) ¿Era necesario dispararle al perro?
Más
de alguna vez me ha pasado que un perro se me acerca con cierto nivel
de agresividad; evidentemente, va a buscar atacarme. Pero, ¿de ahí a
dispararle? Me parece que, dada la situación del procedimiento en que se
encontraba el carabinero, fue innecesario. El perro no representaba un
nivel de agresividad tan grande como para cometer un asesinato, y estoy
100% seguro que hubiese bastado con el viejo truco de la "piedra
invisible", es decir, hacer como que recoges una piedra del suelo y que
se la vas a lanzar. Suele ser más que suficiente para alejar a los
perros cuando se están acercando más de la cuenta y de una manera no muy
amigable.
Ahora,
si la vida o la salud se hubiera visto amenazada, me parece que no
quedaba otra solución y, definitivamente este no es el caso.
2) ¿Y qué hay respecto de los que defienden a muerte al perro?
Suena extraño preguntarlo así, incluso feo, pero vale la pena responder a esta pregunta.
Se
me hace bien hipócrita que aparezcan todos estos oportunistas tanto en
el video como en las discusiones en redes sociales. Tratar de monstruo
asesino (como insultos más leves) a alguien que, visto de una forma
totalmente objetiva, cometió un error ante la presión de la situación,
me parece feo. Sobre todo al considerar lo que indicó Guillermo Rojas,
el jefe de comunicaciones de Carabineros de Chile: "En Chile, el año
pasado, hubo 63000 mordidas de perros, nosotros tenemos más de 30
carabineros en los últimos dos años que tuvieron lesiones de leves a
graves" por ataque de estos animales (Fuente: ADN Radio). Es decir, ya se tiene un antecedente considerable sobre la situación.
Mucho
animalista de Facebook, pocas acciones. Si por cada uno de esos
animalistas de Facebook hubiera una adopción de animales callejeros, ya
no quedarían perros callejeros. Tan simple como eso. Se las dan de que
aman a los animales y detestan a las personas que no simpatizan muy bien
con los perros callejeros, pero no hacen nada por arreglar la
situación. Hipocresía en estado puro, nuevamente.
Y
no nos olvidemos de los que aparecen en el video, que el mayor esfuerzo
que hicieron fue decir "Mataste al perrito, aweonao". "¡To' Chile va a
saer esto!" Gracias por entregarle tanto al país.
Y
antes de que me insultes a mí, te informo de que he tenido varios
perros como mascota, actualmente tengo uno al cual quiero muchísimo (aunque prefiero los gatos, a decir verdad)
y que acostumbra a dormir conmigo cuando mi hermana no se encuentra en
casa. Sólo estoy realizando una opinión objetiva, ni de un lado, ni del
otro. Simpatizo con gran parte de los perros callejeros, pero las
personas no se dan cuenta del sufrimiento que de por sí conlleva para
ellos vivir de esa forma. En vez de estar criticando a los demás,
podrían empezar por adoptar, ¿no, animalistas de Facebook?
3) ¿Qué hay del carabinero?
Lo
más preocupante es el daño que se le ha hecho a su persona. O lo
apoyan, o lo odian, siendo este último grupo el con mayor adherencia.
Difícilmente va a llevar una vida normal tras este suceso.
Por
otro lado, sería normal que fuese dado de baja de la institución, por
dar un uso innecesario al arma de servicio. Como te dije arriba, era
algo totalmente evitable.
Así,
mi conclusión es que ambos puntos de vista son extremos totalmente
opuestos que nunca llegarán a un acuerdo. Es imposible encontrar un
mínimo de objetividad en estas personas. No son ni serán capaces de
visualizar el ridículo que hacen al radicalizar de esta forma sus ideas,
creando pensamientos y emitiendo opiniones netamente destructivas que
nada aportarán a la discusión. La cosa es insultar porque sí, porque el
que insulta más al otro gana. Ese es mi país.
En
fin. Un disparo puso punto final a la vida de aquel perro y las
personas no paran de buscar culpables entre sí, cuando no se dan cuenta
de que la responsabilidad es de ambos bandos. Lo que más me apena es que
su deceso de nada servirá porque, ya sabes, estamos en el país de la
nula objetividad, y las cosas nuuunca van a cambiar. Descansa en paz,
amigo. La única víctima aquí fuiste tú, producto de las personas que
habitan este país, las cuales con suerte saben en dónde se encuentran
paradas.
Cómo
me gustaría que algún día este país consiguiera desarrollar
correctamente el pensamiento objetivo. Por ahora, no es más que una
utopía en mi mente...
Próximo capítulo: "¿¿??"
¡Muchas gracias por leer!
¡Qué tengas una buena noche!
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