domingo, 12 de agosto de 2018

#MarDeFrustracionesII - Capítulo 62: El país de la nula objetividad

A estas alturas —suponiendo que lleves algún tiempo leyendo mis publicaciones— es posible que ya te hayas dado cuenta que soy una persona que acostumbra a evitar temas de contingencia a nivel país (Chile), pero por hoy pienso permitirme esta instancia para hacerlo. Sé que lo más probable es que me queme por hacerlo y que prácticamente nadie estará de acuerdo conmigo, pero vale la pena intentarlo.


Nunca me ha gustado expresar mi opinión sobre ciertos temas, puesto que a las personas les suele desagradar mi forma de pensar y se lo pueden llegar a tomar personal, cuando es únicamente producto de mi propia visión, la cual me permite crear una opinión objetiva sobre cualquier problema que se presente. Es más, hace un par de días, me encontraba en el salón de clases con cierto profesor, al cual al parecer le molestó verme con un gorrito de lana en la cabeza, el cual utilizo netamente para ordenarme un poco el pelo, dado que, de no hacerlo, adquiere esa forma de lechuga que tanto me desagrada.
—Chicos, a estas alturas ya deberían saber que, al estar junto a una persona de mayor cargo (o posición, no recuerdo sus palabras exactas) no pueden estar con un gorro en la cabeza. Es una falta de respeto —dijo, mirando a todos pero lanzándome una indirecta tan directa que por un momento me hizo enfadar.
Le iba a responder, pero no valía la pena. Había notado que llevaba unos minutos haciendo su clase con las manos en los bolsillos, y era un buen momento para sacárselo en cara, sin embargo, de hacerlo, me ganaba su odio y me tendría fichado por todo el semestre. Era obvio; no salía a cuenta para mí responderle. Me quité el gorro y lo guardé en la chaqueta, mientras miraba sus manos que aún estaban dentro de sus bolsillos. 


Son estas situaciones las que me han hecho guardar un sinfín de opiniones objetivas y críticas constructivas que pueden ser tomadas a mal por esta gente que no soporta que le digan que están haciendo algo mal. Es un virus que se ha incrustado en prácticamente toda la población de este país, convirtiéndolo en algo realmente asqueroso. Cabe destacar que no estoy generalizando; siempre hay personas con las que se puede hablar de buena manera.

Fuente imagen: https://www.youtube.com/watch?v=8u1-JILEx5Y

Hace unos días, un carabinero le disparó en la cabeza a un perro durante un procedimiento policial en la comuna de Quilicura. Las opiniones llegaron rápidamente y, como era de esperar, la poca objetividad terminó por crear de esta situación una auténtica guerra de insultos de un lado y del otro. 
Por una parte, los que defendían al carabinero, argumentando que él únicamente se defendió ante el agresivo ataque del can, que ya lo había mordido más de un par de veces. Por otra parte, los defensores del perrito, que se encargaron de destrozar la acción realizada por el carabinero, tildándolo de asesino y de monstruo, que no era necesario matarlo. 
Ahora, ¿qué tienen en común ambas opiniones? Que ninguna es 100% objetiva. Ambas tienen cierto sesgo basado en sus creencias y valores personales, el cual los hace querer pasar por encima de la opinión del otro grupo. Al final, todos los comentarios se convertían en insultos de un lado al otro.
—De seguro nunca has tenido una mascota —decían de un lado.
—¿Y que pasaba si el perro agredía a tu hijo? —del otro lado.
Creo que las anteriores eran las opiniones más agradables que leí, dado que las demás eran únicamente insultos, perdiendo totalmente su sentido tenerlas en cuenta.


Bien, habiendo contextualizado la situación que vive mi país actualmente, va siendo hora de entregar —por una vez— una opinión sobre un tema de contingencia nacional. Aquí vamos:
Veamos... Tras ver diferentes videos sobre la situación, pude apreciar la agresividad del perro durante el procedimiento de los carabineros. Luego de la insistencia, le llega el disparo. No soy una persona muy sensible con estas cosas, pero algo sentí al ver cómo ese perro meneaba su cola por últimas veces tras recibir ese disparo, antes de morir.
Inicialmente, no me pongo ni del lado del perro, ni del del carabinero. Ni mucho menos de las personas que estaban tras las opiniones que te comentaba más arriba.
Ahora, voy a desglosar la opinión en diferentes preguntas sobre la situación:
 
1) ¿Era necesario dispararle al perro? 
Más de alguna vez me ha pasado que un perro se me acerca con cierto nivel de agresividad; evidentemente, va a buscar atacarme. Pero, ¿de ahí a dispararle? Me parece que, dada la situación del procedimiento en que se encontraba el carabinero, fue innecesario. El perro no representaba un nivel de agresividad tan grande como para cometer un asesinato, y estoy 100% seguro que hubiese bastado con el viejo truco de la "piedra invisible", es decir, hacer como que recoges una piedra del suelo y que se la vas a lanzar. Suele ser más que suficiente para alejar a los perros cuando se están acercando más de la cuenta y de una manera no muy amigable.
Ahora, si la vida o la salud se hubiera visto amenazada, me parece que no quedaba otra solución y, definitivamente este no es el caso.

2) ¿Y qué hay respecto de los que defienden a muerte al perro?
Suena extraño preguntarlo así, incluso feo, pero vale la pena responder a esta pregunta. 
Se me hace bien hipócrita que aparezcan todos estos oportunistas tanto en el video como en las discusiones en redes sociales. Tratar de monstruo asesino (como insultos más leves) a alguien que, visto de una forma totalmente objetiva, cometió un error ante la presión de la situación, me parece feo. Sobre todo al considerar lo que indicó Guillermo Rojas, el jefe de comunicaciones de Carabineros de Chile: "En Chile, el año pasado, hubo 63000 mordidas de perros, nosotros tenemos más de 30 carabineros en los últimos dos años que tuvieron lesiones de leves a graves" por ataque de estos animales (Fuente: ADN Radio). Es decir, ya se tiene un antecedente considerable sobre la situación. 
Mucho animalista de Facebook, pocas acciones. Si por cada uno de esos animalistas de Facebook hubiera una adopción de animales callejeros, ya no quedarían perros callejeros. Tan simple como eso. Se las dan de que aman a los animales y detestan a las personas que no simpatizan muy bien con los perros callejeros, pero no hacen nada por arreglar la situación. Hipocresía en estado puro, nuevamente.
Y no nos olvidemos de los que aparecen en el video, que el mayor esfuerzo que hicieron fue decir "Mataste al perrito, aweonao". "¡To' Chile va a saer esto!" Gracias por entregarle tanto al país.
Y antes de que me insultes a mí, te informo de que he tenido varios perros como mascota, actualmente tengo uno al cual quiero muchísimo (aunque prefiero los gatos, a decir verdad) y que acostumbra a dormir conmigo cuando mi hermana no se encuentra en casa. Sólo estoy realizando una opinión objetiva, ni de un lado, ni del otro. Simpatizo con gran parte de los perros callejeros, pero las personas no se dan cuenta del sufrimiento que de por sí conlleva para ellos vivir de esa forma. En vez de estar criticando a los demás, podrían empezar por adoptar, ¿no, animalistas de Facebook?
 
3) ¿Qué hay del carabinero?
Lo más preocupante es el daño que se le ha hecho a su persona. O lo apoyan, o lo odian, siendo este último grupo el con mayor adherencia. Difícilmente va a llevar una vida normal tras este suceso.
Por otro lado, sería normal que fuese dado de baja de la institución, por dar un uso innecesario al arma de servicio. Como te dije arriba, era algo totalmente evitable. 


Así, mi conclusión es que ambos puntos de vista son extremos totalmente opuestos que nunca llegarán a un acuerdo. Es imposible encontrar un mínimo de objetividad en estas personas. No son ni serán capaces de visualizar el ridículo que hacen al radicalizar de esta forma sus ideas, creando pensamientos y emitiendo opiniones netamente destructivas que nada aportarán a la discusión. La cosa es insultar porque sí, porque el que insulta más al otro gana. Ese es mi país.
En fin. Un disparo puso punto final a la vida de aquel perro y las personas no paran de buscar culpables entre sí, cuando no se dan cuenta de que la responsabilidad es de ambos bandos. Lo que más me apena es que su deceso de nada servirá porque, ya sabes, estamos en el país de la nula objetividad, y las cosas nuuunca van a cambiar. Descansa en paz, amigo. La única víctima aquí fuiste tú, producto de las personas que habitan este país, las cuales con suerte saben en dónde se encuentran paradas. 


Cómo me gustaría que algún día este país consiguiera desarrollar correctamente el pensamiento objetivo. Por ahora, no es más que una utopía en mi mente...


Próximo capítulo: "¿¿??"

¡Muchas gracias por leer!
¡Qué tengas una buena noche!

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