viernes, 3 de agosto de 2018

#ElBaúlDeLaIdiotez - Capítulo 4: Mechonéame ésta

Una de las tantas cosas que las personas debemos tener presente a cada momento es cuidar lo que decimos, pues el mundo da vueltas de una forma que todos conocemos, pero que continuas veces no dimensionamos su impacto en la realidad de cada quien. Este suceso que te contaré a continuación es el que me lo recordará por siempre. 
Transcurría el año 2011, cuando cursaba el 4to año medio, es decir, el último antes de comenzar con la educación superior. Para entonces no era más que un niño introvertido pero de mucho orgullo, con las metas claras: "Voy a estudiar Ingeniería Civil Mecánica en la U. de Conce", era la frase que retumbaba en mi cabeza día tras día. Era la carrera que soñaba en aquel entonces, la que había decidido cuatro años antes y por la cual lucharía con todas mis armas. 
Durante esos últimos años de enseñanza media, los colegios se esmeran para llevar a los alumnos a conocer diferentes universidades, reforzando aún más una ya forzada orientación vocacional para obligarte a tomar una decisión. Recuerdo haber visitado la Universidad de Concepción, la Universidad Andrés Bello y la Universidad San Sebastián. En esta última es en donde se sitúa la historia.
Llegamos a la Universidad San Sebastián, y teníamos que dividirnos para encaminarnos hacia la facultad que fuese de nuestra preferencia. Me dirigí a la de Ingeniería, puesto que de ir a las demás no hubiese encontrado nada provechoso acorde a mi forma de pensar en esa época. Nos paseamos por el edificio F y nos llevaron a una sala de reuniones, en donde nos "vendieron" las carreras de ingeniería que se encontraban para entonces en la universidad. Lo mismo de siempre; los mismos diálogos y el mismo discurso que ya estaba agotado de escuchar. Cosas insignificantes para un pendejo que aspiraba a la UdeC porque era "lo más bakán".
Se acercaba la hora de regresar, de modo que nos dirigimos al bus que nos esperaba en el estacionamiento.
 
 Fuente imagen: http://laotravoz.org/columna-lov-el-mechoneo-una-metafora-de-una-sociedad-deteriorada/


Recuerdo que caminábamos hacia el bus, cuando un grupo de estudiantes —de ingeniería, muy posiblemente— nos interceptó y nos preguntaron si es que podríamos responderles una encuesta, que nos tomaría unos 5 minutos. Sin embargo, el bus nos esperaba para salir, de modo que hicimos caso omiso a las palabras de aquellos chicos. Por un momento me sentí mal, hasta que cayó aquella frase:
—¡El próximo año te vamos a mechonear! —gritó uno de ellos, de una forma que era difícil no tomárselo como algo personal.
—¡Mechonéame ésta! —respondí instintivamente, con cierto aire de superioridad de postulante a la U. de Conce, que nunca en su vida se le pasaría por la cabeza estudiar en la San Sebastián.
No volteé a ver sus reacciones, pero escuché una tímida risa de una de las chicas de aquel grupo que de seguro poco le gustó al amigo que nos había gritado. Premio suficiente para un pendejo de 4to medio.
Pasó el tiempo y llegué a la Universidad de Concepción. Era un lindo paso para lograr el sueño de aquel niño iluso que solía ser. Bastaron 3 años para que la decepción me hiciera dar cuenta de lo mal enfocado que estaba, del amargo ambiente que allí se vivía, de que ese no era mi lugar y nunca lo sería. Un baño de humildad cambió mi forma de visualizar todo; pensé que estaba en lo más alto, pero estaba escalando una cuerda en caída libre. Era cuestión de tiempo. 


En fin, el mundo se encargó de darle vuelta a mis palabras; el karma hizo lo suyo y adivinen dónde estudio actualmente. Sí, en la Universidad San Sebastián. De todos modos, en esta universidad no quise ser mechoneado. Suficiente había tenido con lo del 2012. Aprendí a la mala a cuidar lo que digo, puesto que el mundo tarde o temprano se encarga de "ponerte en tu lugar". 
A pesar de todo, hoy me lo tomo con el humor suficiente como para publicarlo aquí sin remordimiento alguno.
 

Próximo capítulo: "¿¿??"

¡Muchas gracias por leer!
¡Qué tengas una buena noche!

Recuerda darle un like a la página de facebook y dejar tu comentario.
  


No hay comentarios:

Publicar un comentario