Domingo, 31 de diciembre de 2017.
Hace una semana (el día viernes 22 de diciembre, para ser exacto) realicé un viaje a Santiago, pues asistí al concierto de Doblecero y Piyoasdf, dos youtubers con enfoques un tanto diferentes pero que tienen un vértice en común: la música. Ambos son personas a quienes admiro mucho; a Doblecero, por su gran habilidad y creatividad a la hora de realizar covers y traducciones de canciones en japonés (anime principalmente) y, ahora último, mediante el rap que entrega mediante su canal de youtube, enfocándose a los personajes de anime y siempre, pero siempre, dejando un algo, una enseñanza a quien lo escucha; y a Piyoasdf, por su calidad artística, su ternura y la alegría que irradia en cada uno de sus videos (además de ser una preciosura <3). Así, en cuanto vi que se llevaría a cabo este evento, inmediatamente compré mi entrada M&G para asistir y conocerlos. Y es que en la vida una de las mejores cosas que te pueden suceder, es conocer a las personas que tanto admiras.
Ese día, me levanté muy temprano, a eso de las 06:45 a.m, decidido a tener el tiempo suficiente para ducharme y desayunar tranquilamente. Así fu, y a las 08:30 ya me encontraba en el terminal de buses para partir hacia Santiago.
Ya había quedado previamente de juntarme con Rodrigo (nombre clave ChuecoMena), para mantener la tradición de reunirnos cada que voy a Santiago. Así fue y, con un calor de la puta madre, partimos al Mall Plaza Alameda para almorzar. Pizza Hut salvándome en los viajes, como siempre.
Terminando, nos dirigimos al Eurocentro a mirar si es que había algo interesante; mala idea cuando se está a dos días de Navidad. El calor dentro se me hacía insoportable; estaba realmente lleno de gente que, desesperada buscaba los últimos regalos para las ratas como nosotros. Luego, caminamos hasta llegar al Mall Chino, en donde repetimos el paso anterior. Entramos a un Santa Isabel a comprar algo para tomar y, como era de esperar, una fila que parecería nos tendría ahí unos 10 minutos.
No fueron 10 minutos... Estuvimos ahí unos 30 minutos, y lo peor fue cuando la persona que iba justo delante nuestro, un señor que deduje era colombiano dado el acento y forma de hablar con su pareja que ansiosamente esperaba a un lado, tuvo problemas con su tarjeta. Puta madre. El señor insistía en que su tarjeta estaba buena, pero la máquina no la detectaba. El hombre, porfiado como pocos, intentó unas 6 veces haciendo caso omiso a la petición de la cajera de que mejor fuese a los cajeros automáticos a sacar el dinero y pagara en efectivo. Al final, el señor se fue con no sé quién para arreglar ese tema; pagué lo mío y Chueco pagó con su tarjeta, la cual funcionó. Sí, el problema era la tarjeta del señor prepotente. Gracias por hacernos perder el tiempo.
Con el gran ChuecoMena, también conocido como Rodrigo
Tras caminar cerca de 2 kilómetros, llegamos finalmente al Teatro Caupolicán, en donde se desarrollaría el evento. Como era de esperar, el ambiente era totalmente familiar. Había de todo tipo de personas (no como en los conciertos de PXNDX en que la mayoría eran chicas con pelo alisado y vestidas de negro con short y unas converse negras, de las cuales no me quejo dado que son una de mis grandes debilidades). Desde niños que asistían netamente por los personajes que tanto Doblecero como Piyo realizan en la serie FNAFHS y sus padres que se veían obligados a acompañarlos, hasta ancianos y jóvenes. Había lugar para toda la familia. Fue un lindo ambiente y un excelente show. Sobretodo porque cantaron algunas de mis canciones favoritas de cada uno.
El detalle estuvo en que Doblecero tiene TANTAS canciones, que era imposible que la gran mayoría se las supiera todas (incluyéndome), de modo que pudieron haber facilitado un setlist para al menos saber cuáles serían las canciones a oír. En los raps enfocados al anime "Naruto", miraba a los lados y sentía que era el único cantando; sólo veía niños que se sabían las canciones de FNAFHS y sus familiares que parecían disfrutar del show (los bailarines que acompañaban a Doblecero estuvieron increíble). Creo que el momento más épico fue cuando Piyo cantó el opening de Saint Seiya (Pegasus Fantasy), dado que todos los que nacimos entre los 80's y los 90's recordábamos a la perfección dicho temazo.
Una vez terminado el show, correspondía la hora del M&G. Me tocó esperar cerca de una hora para conocer a los chicos. La organización dio el tiempo suficiente para hablar con ellos, tomar una foto, obtener una firma y cosas que hacen felices a quienes asisten. Valió la pena totalmente, principalmente porque pude decirles todo lo que quería expresarles. Aquí te dejo las fotos del momento:
Junto al gran Doblecero
Junto a la hermosa Piyo
Con ambos
Luego, salí a eso de las 22:15 del Teatro Caupolicán y me quedé esperando el Uber que solicité. Era un chico venezolano, se veía de muy buen corazón. Estuvimos conversando todo el viaje, me compartía sus anécdotas y me contó acerca de su país, del clima y los lugares y hermosos paisajes que posee. No quise preguntar más allá, tampoco era necesario hacerlo, así que desvié un tanto la conversación hacia el tiempo que llevaba en Chile y cómo le había ido. Resultó ser una excelente persona que, a pesar de la distancia con su natal Venezuela, se encuentra feliz trabajando acá en Chile. Llegando al terminal, vendría el siguiente gran problema.
Hice la fila para comprar un pasaje en "eme bus", y algo ya me hacía presagiar lo peor. Era el fin de semana de Navidad y estaba claro que muchas más personas viajarían respecto de un fin de semana normal. Llegué al módulo, pregunté y no había nada para Concepción. Eran las 23:00 y no tenía pasaje. Pregunté en buses Nilahue y otra línea que no recuerdo. Finalmente, encontré la palabra "Concepción" en uno de los tantos carteles que abundan en los terminales; me acerqué al módulo y, para mi fortuna, quedaban 4 pasajes a Concepción. Vía Costa... ¿qué es esa weá? Ni idea, pero esa línea desconocida para mí, me salvó la vida aquel 22 de diciembre. El bus salía a las 23:45, por lo que me tocó esperar unos cuantos minutos antes de que llegase el bus. Quedé en el último asiento al lado derecho, de modo que pude reclinarlo hasta el final sin ningún problema. El drama estaba en la posición de las piernas, pues el espacio era realmente reducido y me vi obligado a estar 6 horas con las piernas dobladas. Fue una experiencia desagradable, pero valió totalmente la pena; no hubiese sido agradable tener que quedarme en Santiago, a pesar de que ya estaba sacando cuentas de viajar, por ejemplo, a Coelemu (en donde vive Mariano) o a Los Ángeles; cualquier opción que me dejara más cerca de Concepción. Pasara lo que pasara, no quería quedarme allá.
Para mi fortuna, todo salió excelente y pude disfrutar de un excelente show y estar en casa a las 05:50 a.m del día 23 de diciembre. Hermoso. Ahora me encuentro esperando el nuevo año, el cual espero que sea excelente para ti, lector anónimo.
A pesar de todo, 2017 fue un gran año.
A pesar de todo, 2017 fue un gran año.
Próximo capítulo: "SDM. Aura de ganador (22/07/18)"
¡Muchas gracias por leer!
¡Qué tengas una buena noche!
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