Lunes, 18 de diciembre de 2017.
A decir verdad, no tenía muy claro si es que escribir este capítulo aquí en #1Día1EXP o en #MarDeFrustracionesII, pues es un tema y una opinión bastante general. Finalmente, decidí redactarlo aquí dado que es algo acorde a la fecha en que nos encontramos. No me gusta meterme en política, pero esta vez necesito desahogar algunas cosas que pienso.
En Chile, ayer 17 de diciembre se llevaron a cabo las elecciones presidenciales, en su segunda vuelta; la definitiva. La guerra comenzaría desde hace unas cuantas semanas.
Me llama poderosamente la atención que las personas discutan practicamente "a muerte" por sus colores políticos. Al final la rivalidad se convierte en una enemistad, en un intenso y repetitivo conflicto del cual no se puede escapar. Se rompen relaciones, amistades, amores (¿quién sabe?) a causa del fanatismo político que aleona a las personas. En esta ocasión pude asimilar un montón de cosas que ignoraba totalmente, por el simple hecho de que nunca me he interesado en la política. La gente es idiota, y siempre termina votando por quién promete las cosas más inalcanzables, y eso es algo que, por suerte, esta vez no condicionó el resultado.
Los candidatos en cuestión eran Sebastián Piñera y Alejandro Guillier, cada uno con propuestas atractivas y diferentes al del otro candidato. Cada uno con su ideal. Cada uno siendo la viva imagen de su partido político.
Rápidamente pude notar que Guillier era el payaso que únicamente se preocupaba de prometer cosas inalcanzables actualmente para el país. Es una cuestión de lógica. Mi voto ya comenzaba a inclinarse.
Como estudiante de Ingeniería Civil en Minas, sería un suicidio votar por dicho sujeto. La minería (y el país) necesitan inversión para desarrollarse plenamente y, con él, eso iba pésimamente encaminado. La diferencia entre un periodista corrupto y un empresario y economista corrupto son clarísimas. Sí, ninguno de los dos personajes está limpio, pero lamentablemente toca votar por el "mal menor", y en esta ocasión es, sin lugar a dudas, Piñera.
Cuando se acercaban las elecciones, comencé a notar la parte mala de todo esto: las peleas. Ya sea cara a cara, en redes sociales o mediante los medios de comunicación, todo era mierda de un lado al otro. Ya no preocupaba hacer notar que un candidato era mejor que el otro, sino intentar convencer de que el otro es peor que aquel. Aquí es donde me decidí completamente. ¿Habrá algo más odioso que un comunista discutiendo sobre política? Difícil.
Me hace gracia que, al contradecirle con base alguno de sus puntos, comienzan a tratarte de imbécil, de ignorante y que deberías investigar (sin citar ninguna fuente para hacerlo, quizá alguna fanpage de facebook administrada por uno de ellos). El comunista puede hablar mal de todos, pero que a los demás ni se les ocurra tocar a sus candidatos, porque inmediatamente se ponen a la defensiva (y ofensiva). Su manera tan abrupta de contestar me hizo dar cuenta de que sus opiniones y respuestas van enfocadas a lo mismo. "Facho pobre", "investiga", "weón ignorante, infórmate", "Piñera culiao", por citar algunos ejemplos. Todo esto a causa del odio hacia un candidato que, digámoslo, demostró con creces ser mejor que el suyo en preparación y propuestas. Propuestas asequibles, tangibles.
Así, me propuse la tarea de analizar minuciosamente los perfiles de aquellas personas. Los resultados fueron categóricos. Sujetos con cara de marihuanodependiente y con fotos en contra de Piñera (nada sobre su candidato); mujeres con corte de pelo y maquillaje tipo Mon Laferte, con la típica foto de espaldas con el mismo tatuaje de mierda de forma circular bajo la nuca a la altura de los hombros, fotos de Allende y citas de poetas y frases supuestamente inteligentes que poco aportan en sus respuestas: "investiga, aweonao". Bueno, ¿qué se le va a hacer?
Los resultados en el exterior del país sólo me hicieron notar que tenía razón. En las votaciones de compatriotas alrededor del mundo ganó Guillier. Curioso, ¿no?
En efecto, el resentimiento a causa del régimen militar (o dictadura, como mierda le llamen poco me importa) se acentúa con los años. Los "exiliados" mantienen su postura como una especie de venganza hacia algo que no tiene relación alguna con la actualidad del país. Pero bueno, son puntos de vista.
Como dije anteriormente, no me gusta meterme en la política; pero, conchesumadre que disfruté esta ocasión. Apenas vi que ganó Piñera entré a mi Facebook para ver las publicaciones de aquellas personas que no lo soportan. El morbo me ganó. Fue un verdadero festín leer todas y cada una de esas publicaciones de aquellas personas que no pueden hacer un debate sin caer en descalificaciones tras tu primera respuesta. El respeto es algo básico y que, al menos ellos, no conocen en absoluto. Hoy la marraqueta estuvo más crujiente.
En conclusión, NUNCA votaría por alguien de izquierda. Pueden tener buenas propuestas, quizá, pero sus adeptos son gente totalmente insoportable y que mantiene cierto complejo de superioridad, incluso sacando a relucir su brillante IQ por sobre el de las personas que tienen una opinión diferente a la de ellos. Curiosamente critican el capitalismo cuando envían sus comenterios desde un iPhone y estudian en una universidad privada. Qué mal están, la puta madre. Mientras no aprendan a competir sanamente, seguirá existiendo esa repulsión entre los diferentes pensamientos dentro del país, y del mundo en general. Sí, esta vez lo sentí como un triunfo.
Atentamente:
Un facho pobre que es un aweonao que no se informa.
Próximo capítulo: "Viaje a Santiago. Conociendo a Doblecero y Piyoasdf. Fin de año (31/12/17)"
¡Muchas gracias por leer!
¡Qué tengas una buena noche!
Recuerda darle un like a la página de facebook y dejar tu comentario.
Me llama poderosamente la atención que las personas discutan practicamente "a muerte" por sus colores políticos. Al final la rivalidad se convierte en una enemistad, en un intenso y repetitivo conflicto del cual no se puede escapar. Se rompen relaciones, amistades, amores (¿quién sabe?) a causa del fanatismo político que aleona a las personas. En esta ocasión pude asimilar un montón de cosas que ignoraba totalmente, por el simple hecho de que nunca me he interesado en la política. La gente es idiota, y siempre termina votando por quién promete las cosas más inalcanzables, y eso es algo que, por suerte, esta vez no condicionó el resultado.
Los candidatos en cuestión eran Sebastián Piñera y Alejandro Guillier, cada uno con propuestas atractivas y diferentes al del otro candidato. Cada uno con su ideal. Cada uno siendo la viva imagen de su partido político.
Rápidamente pude notar que Guillier era el payaso que únicamente se preocupaba de prometer cosas inalcanzables actualmente para el país. Es una cuestión de lógica. Mi voto ya comenzaba a inclinarse.
Como estudiante de Ingeniería Civil en Minas, sería un suicidio votar por dicho sujeto. La minería (y el país) necesitan inversión para desarrollarse plenamente y, con él, eso iba pésimamente encaminado. La diferencia entre un periodista corrupto y un empresario y economista corrupto son clarísimas. Sí, ninguno de los dos personajes está limpio, pero lamentablemente toca votar por el "mal menor", y en esta ocasión es, sin lugar a dudas, Piñera.
Cuando se acercaban las elecciones, comencé a notar la parte mala de todo esto: las peleas. Ya sea cara a cara, en redes sociales o mediante los medios de comunicación, todo era mierda de un lado al otro. Ya no preocupaba hacer notar que un candidato era mejor que el otro, sino intentar convencer de que el otro es peor que aquel. Aquí es donde me decidí completamente. ¿Habrá algo más odioso que un comunista discutiendo sobre política? Difícil.
Me hace gracia que, al contradecirle con base alguno de sus puntos, comienzan a tratarte de imbécil, de ignorante y que deberías investigar (sin citar ninguna fuente para hacerlo, quizá alguna fanpage de facebook administrada por uno de ellos). El comunista puede hablar mal de todos, pero que a los demás ni se les ocurra tocar a sus candidatos, porque inmediatamente se ponen a la defensiva (y ofensiva). Su manera tan abrupta de contestar me hizo dar cuenta de que sus opiniones y respuestas van enfocadas a lo mismo. "Facho pobre", "investiga", "weón ignorante, infórmate", "Piñera culiao", por citar algunos ejemplos. Todo esto a causa del odio hacia un candidato que, digámoslo, demostró con creces ser mejor que el suyo en preparación y propuestas. Propuestas asequibles, tangibles.
Así, me propuse la tarea de analizar minuciosamente los perfiles de aquellas personas. Los resultados fueron categóricos. Sujetos con cara de marihuanodependiente y con fotos en contra de Piñera (nada sobre su candidato); mujeres con corte de pelo y maquillaje tipo Mon Laferte, con la típica foto de espaldas con el mismo tatuaje de mierda de forma circular bajo la nuca a la altura de los hombros, fotos de Allende y citas de poetas y frases supuestamente inteligentes que poco aportan en sus respuestas: "investiga, aweonao". Bueno, ¿qué se le va a hacer?
Los resultados en el exterior del país sólo me hicieron notar que tenía razón. En las votaciones de compatriotas alrededor del mundo ganó Guillier. Curioso, ¿no?
En efecto, el resentimiento a causa del régimen militar (o dictadura, como mierda le llamen poco me importa) se acentúa con los años. Los "exiliados" mantienen su postura como una especie de venganza hacia algo que no tiene relación alguna con la actualidad del país. Pero bueno, son puntos de vista.
Como dije anteriormente, no me gusta meterme en la política; pero, conchesumadre que disfruté esta ocasión. Apenas vi que ganó Piñera entré a mi Facebook para ver las publicaciones de aquellas personas que no lo soportan. El morbo me ganó. Fue un verdadero festín leer todas y cada una de esas publicaciones de aquellas personas que no pueden hacer un debate sin caer en descalificaciones tras tu primera respuesta. El respeto es algo básico y que, al menos ellos, no conocen en absoluto. Hoy la marraqueta estuvo más crujiente.
En conclusión, NUNCA votaría por alguien de izquierda. Pueden tener buenas propuestas, quizá, pero sus adeptos son gente totalmente insoportable y que mantiene cierto complejo de superioridad, incluso sacando a relucir su brillante IQ por sobre el de las personas que tienen una opinión diferente a la de ellos. Curiosamente critican el capitalismo cuando envían sus comenterios desde un iPhone y estudian en una universidad privada. Qué mal están, la puta madre. Mientras no aprendan a competir sanamente, seguirá existiendo esa repulsión entre los diferentes pensamientos dentro del país, y del mundo en general. Sí, esta vez lo sentí como un triunfo.
Atentamente:
Un facho pobre que es un aweonao que no se informa.
Próximo capítulo: "Viaje a Santiago. Conociendo a Doblecero y Piyoasdf. Fin de año (31/12/17)"
¡Muchas gracias por leer!
¡Qué tengas una buena noche!
Recuerda darle un like a la página de facebook y dejar tu comentario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario