¿Te pasa que notas que día a día el tiempo pasa más rápido? ¿No? Bueno, a mí sí. Fin del capítulo.
No. Hablando en serio; cada día siento que dispongo de menos tiempo para realizar actividades de mi agrado. Principalmente, desde que entré a la universidad. Y no es un tema de que "no tenga" el tiempo para hacerlo, sino que es algo mental.
En el Colegio tenía un horario de 08:00 a 15:30 hrs. y estaba en casa a eso de las 16:00 hrs. Normalmente almorzaba y luego disponía de toda la tarde para hacer lo que yo quisiera. En los primeros años, mis actividades se limitaban a ver TV (Fox Kids y Cartoon Network) durante toda la tarde y jugar fútbol con mis amigos del barrio; cuando me acerqué a la media, di un rotundo giro y todo eran los videojuegos: Counter Strike 1.6, Tibia, Warcraft III y World Cap, principalmente, siendo Tibia el juego en que más tiempo he invertido en mi vida; posiblemente ese tiempo se acerque a un año completo de mi vida. Eran horas y horas, día tras día. Fines de semana y vacaciones en que pasaba la mayor parte del tiempo jugando; una verdadera locura.
Así solía ser hasta que salí de la enseñanza media y entré a la universidad.
Fuente imagen: https://www.dreamstime.com/royalty-free-stock-photography-time-flies-speed-blur-fast-hands-clock-image17751517
En
el primer año de universidad (UdeC, 2012) comenzó todo. Me di cuenta de
que se me hacía imposible seguir con el ritmo de juego que llevaba
hasta 2011. El horario era mucho más cómodo y liviano, pero existía "algo" que me
impedía hacer lo que más amo en el mundo; algo mental que aún no consigo
comprender del todo, pero que de seguro tiene que ver con el estrés que
genera el estudiar una carrera; algo que al menos las personas
medianamente responsables sentimos muy fuerte. Ese fue el motivo por el
que dejé de jugar Tibia (y lo extraño más que la reconchasumadre) y me
dediqué a jugar HaxBall, pues ahí los partidos oficiales no duran más de
15 minutos, siendo algo totalmente compatible con mis circunstancias
actuales. Aun así, hay veces en que no me da para participar de estos
partidos. Uno puede "tener" el tiempo, mas no disponerlo para realizar lo
que uno quiere. Es ese efecto mental el que impide hacerlo. Perdona que
lo repita tantas veces, pero apenas ahora pude cerrar de buena forma
la idea.
Volvamos
un poco más atrás, a cuando era niño. A cuando tú eras niñ@. ¿Recuerdas
lo eternas que parecían ser las vacaciones? ¿Recuerdas lo largas que
resultaban las esperas cuando te decían "voy y vuelvo"? ¿Recuerdas lo
lento que pasaba el tiempo cuando esperabas esa serie que tanto te
gustaba ver en la TV? ¿Recuerdas aquellas tardes jugando en la calle que parecían años?
Así es; cuando uno es niño, el tiempo pasa muy muy (¡MUY!) lento y, a medida que vamos aumentando la edad, se va haciendo más y más rápido. Obviamente el tiempo siempre transcurre de la misma forma en este planeta pero, mentalmente, sufrimos de este desagradable fenómeno.
Todo esto tiene su génesis en la monotonía. Esa rutina que sigues día a día te pone en "modo automático" y, básicamente, te conviertes en una máquina por ciertos lapsos de tiempo. A diferencia de cuando eres niño, que cada día haces, creas, ves o pasa algo "nuevo" que te mantiene constantemente atento y con la creatividad e imaginación al 100% y en un constante aprendizaje. No manejo los tecnicismos adecuados para entregar una mejor explicación sobre esto, pero al menos sí puedo presentar mi punto de vista y la idea que tengo acerca de este fenómeno.
En resumidas cuentas; la monotonía implica aburrimiento, y ese aburrimiento es lo que te "desactiva" y produce el efecto de que el tiempo pasa más rápido. Suena contradictorio, pues se supone que cuando uno más se divierte el tiempo pasa más rápido, mas ésta es una situación diferente, puesto que en la infancia uno tiende a desear con mucho anhelo el que pasen los años, el crecer, el "ser grande". Esa ansiosa espera es el ingrediente idóneo para la sensación de que el tiempo va a la velocidad de un caracol, ya sabes; cuanto más deseas y esperas por algo, más tiempo sientes que tarda en llegar.
De este modo, la mejor opción es tener un orden claro de las actividades a realizar, saber priorizar y llevar a cabo aquello que es realmente indispensable antes que lo que no lo es. Asumir correctamente las responsabilidades te genera un margen para poder hacer aquello que realmente te gusta, aquello que amas. Al manejar la gestión del tiempo (cosa que yo no hago), tu productividad aumentará a un punto que hará de tu vida algo mucho más pacífico.
En resumidas cuentas; la monotonía implica aburrimiento, y ese aburrimiento es lo que te "desactiva" y produce el efecto de que el tiempo pasa más rápido. Suena contradictorio, pues se supone que cuando uno más se divierte el tiempo pasa más rápido, mas ésta es una situación diferente, puesto que en la infancia uno tiende a desear con mucho anhelo el que pasen los años, el crecer, el "ser grande". Esa ansiosa espera es el ingrediente idóneo para la sensación de que el tiempo va a la velocidad de un caracol, ya sabes; cuanto más deseas y esperas por algo, más tiempo sientes que tarda en llegar.
De este modo, la mejor opción es tener un orden claro de las actividades a realizar, saber priorizar y llevar a cabo aquello que es realmente indispensable antes que lo que no lo es. Asumir correctamente las responsabilidades te genera un margen para poder hacer aquello que realmente te gusta, aquello que amas. Al manejar la gestión del tiempo (cosa que yo no hago), tu productividad aumentará a un punto que hará de tu vida algo mucho más pacífico.
Próximo capítulo: "Nostalgia"
¡Muchas gracias por leer!
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