domingo, 20 de noviembre de 2016

#MarDeFrustraciones - Capítulo 39: El sucio juego de las ideologías

Siempre se me ha hecho curioso el hecho de que la gente más apegada a las religiones es la que resulta ser más como la mierda. Obviamente no se puede generalizar, pero los casos son tan comunes, que podrías salir a comprar al supermercado y ya te encontrarías con alguien así. Repito: No estoy diciendo que tooodos quienes sigan una religión van a ser una mierda de persona, solo estoy apuntando a una gran porción de ellos la cual cada día me rompe más los huevos. Le hablan, le rezan y le cantan a su Dios que "creó todo" y que les exculpará de cualquier mala acción que cometan. Creo que es por eso que acostumbran a realizar acciones totalmente fuera de lugar, mediocres y, en algunos casos, asquerosas. Mientras más "santurrón" -religiosamente hablando-, más como la mierda es la persona. Lo puedo percibir y lo he comprobado un sinfín de veces ante mis propios ojos.

Tal es el caso de una de mis mejores amigas, que en su universidad conoció a una chica y, al tiempo después, acabaron gustándose. Todo bien, pero quedaba el pequeño detalle de que los padres de esta chica resultaron ser evangélicos de esos que son totalmente cerrados de mente. Cuento corto: Estuvieron a punto de echar a su hija de la casa -y de pagarle los estudios, de pasada- porque no soportaban la idea de que su hijita estuviera saliéndose de los ideales del señor para pervertir su esencia con otra mujer. ¿Hasta qué punto puede llegar la estupidez de las personas, para preferir seguir una barbaridad de ideología antes que la felicidad de su propia hija? Me dio mucha pena cuando me contó todo esto, pero la verdad que es una situación realmente compleja, porque esta gente está totalmente cegada por lo que creen es una "verdad absoluta" y resultaría prácticamente imposible hacerles entrar en razón. Loc@, si tu hij@ resulta ser homosexual, no queda de otra que apoyarl@. No puedes siquiera considerar el hecho de obligarl@ a enamorarse de alguien del sexo opuesto contra su voluntad, y te lo digo siendo el hueón más hétero que existe -salvo algunos ataques de gaydad que me dan por culpa de mi amigo Fabián-. No pierdas a tus hijos por una ideología sin sentido.

Lo más triste del caso es que las religiones son sólo uno de los infinitos ejemplos que pueden darse sobre este tipo de situaciones. Estuve pensando todo este mes sobre si escribir esto o no, pero ya con el tema en frío puedo hacerlo sin remordimientos. Aquí vamos:

En mi último pololeo me pasó algo muy similar a lo que mencioné arriba, sólo que esta vez la religión no tiene nada que ver. Resulta que la madre de la chiquilla en cuestión no soportaba que ella estuviera conmigo, siendo que nunca se dio el tiempo de conocerme. Yo desde el primer día de relación que quería ir a conocer a su familia, pero siempre había excusas del tipo "que mi mamá no está lista". Hoy me sigue dando vueltas en la cabeza si es que esas palabras eran verdad o no. Pero bueno, esos 6 meses estuvieron presionando a mi ex al punto de hacerla elegir entre estar conmigo, o sus estudios -y su madre-. Cada mes podía sentir más la presión que esta niña tenía, así que optamos por dejar todo hasta ahí. No tenía sentido continuar una relación cuando hay una ideología que condiciona la felicidad de ésta. Al final la que más sufría era ella, porque su madre le hacía sentir que la familia completa estaba sumergida en una desgracia por su culpa, cuando a la única persona que le afectaba que su hija estuviera conmigo, era ella.

Yo no me sentía mal por el hecho de terminar, sino por la manera en que ocurrió todo. Su madre aprovechaba cualquier situación para hablar mal de mí. Recibí varios mensajes reenviados en los que se refería a mí como si fuese la combinación de la maldad y la mentira en persona. Recuerdo uno en especial que decía algo como: "desde que estás con este huevón que te volviste una mentirosa". Perdóneme, señora. Si su hija le mintió alguna vez, no tiene por qué ser culpa mía. Yo diría que la ropa sucia se lava en casa, así que creo que le convendría realizar una visión introspectiva para darse cuenta de los errores que llevaron a que su hija llegara al punto de mentirle por el miedo que sentía por las reacciones de su propia madre. Le aguantaré que me trate de "huevón", pero no de "mentiroso". No hable de mí si ni siquiera se dio el tiempo de conocerme. Sé que de alguna u otra forma acabará leyendo esto, que espero que le sirva para no cometer los mismos errores que la puedan llevar a perder definitivamente el amor que su hija siente por usted.

Tristemente, fue sólo uno más de los quién sabe cuántos millones de casos que se dan en que los padres prefieren apegarse a su propio ideal antes que permitirle a sus hijos vivir los suyos. Creo yo que la felicidad del hijo es lo más importante, por lo que, si llego a tener uno, velaré siempre por eso.

Hoy por fin pude cerrar este bonito capítulo. Por más que el final haya sido una mierda, espero que estés bien y que sigas adelante con todos tus proyectos. Por mi parte, no pienso tomarme una relación en serio en un bueeeeen tiempo. Estoy bien conmigo mismo y eso es lo importante. Nuestra relación no fracasó porque quisiéramos, pero ya no se podía hacer más. Ahora sólo queda echar un vistazo para recordar los buenos momentos juntos, dar media vuelta y seguir adelante.

Por favor, nunca dejes que una estúpida ideología valga más que la felicidad de un ser querido. ¿Bueno?



Próximo capítulo: Final: "Mi mejor arma"

¡Muchas gracias por leer!
¡Qué tengas una buena noche!

Recuerda darle un like a la página de facebook y dejar tu comentario en este post o en el Chat, al costado derecho del blog.



No hay comentarios:

Publicar un comentario