domingo, 23 de abril de 2017

#MarDeFrustracionesII - Capítulo 51: ¿Se puede cambiar lo que uno es?

No recuerdo exactamente cuándo fue, pero sé que fue un día lunes. Los días lunes tengo la clase de Taller de Gestión de Sí Mismo, y durante una presentación de integración a la ingeniería por parte de uno de los grupos, hubo un detalle en especial que me mantuvo pensando a lo largo de toda la semana. La exposición consistía en resumir en un máximo de veinte minutos las clases que se habían llevado a cabo hasta el momento, con el objetivo de refrescar todos los contenidos que quizá en algún momento pasamos por encima.
Todo marchaba normal, hasta que durante el cierre, oí una frase que, aunque es imposible para un carente de la habilidad para memorizar como yo, intentaré acercarme lo más posible a lo que fue:

"Uno tiene que guiarse en la vida por sus fortalezas. Uno no puede cambiar lo que uno es. Es decir, si soy bueno para algo, debo enfocarme en eso."

Bueno, en su momento me llamó poderosamente la atención que absolutamente nadie hiciera un comentario tras oír algo de ese calibre. Yo me guardé mi opinión hasta la clase siguiente, en la cual le tocó a mi equipo hacer el cierre de unidad (resumen de todo lo visto en la primera unidad) y, evidentemente y muy fiel a mi estilo, me encargué de presentar mi punto de vista sobre lo presentado por mis compañeros en la clase anterior. 


¿Se puede cambiar lo que uno es?
La respuesta a esta incógnita es relativa a cada persona. Es una cuestión del autoconvencimiento y fuerza de voluntad de cada persona. Requiere de un durísimo trabajo tanto mental como físico por parte de quien quiere "cambiar". 
Soy muy conciente de que alguna vez he dicho que a los delincuentes deberían simplemente matarlos, y soy consecuente con lo que dije. Es que, es la solución más rápida y efectiva; es MUY difícil que un delincuente deje de ser un delincuente, aunque no deja de ser una posibilidad (mínima, pero existente).


Por otra parte, hay situaciones mucho más fáciles de solucionar. Recuerdo que mis compañeros de la clase anterior recalcaron que uno debe guiarse por sus fortalezas; es decir, si eres bueno en matemáticas, DEBES estudiar algo relacionado con ello. Ese fue el punto que me hizo pensar en lo absurdo de su afirmación. Entonces, si alguien es muy bueno en el fútbol ¿debe ser futbolista? ¿Qué tal que no le guste el fútbol? Es algo muy sencillo de ver.
Uno no puede estar guiando su vida en base a sus fortalezas; no mientras ese camino no sea el que de verdad uno ansía seguir. Nadie más que tú puede tomar decisiones sobre tu vida, a excepción de que tengas unos padres que te impidan tomar tus propias decisiones, cosa que es entendible pero que yo rechazo totalmente. No me explico cómo hay padres tan como la mierda que no dejan que sus hijos decidan el curso de su vida (hablando de chicos que ya son mayores de edad, por supuesto). 
A lo que voy, es que me resulta ABSURDO que alguien venga y te diga lo que debes hacer con tu vida. Puedes ser muy bueno en algo el mejor del mundo, si quieres, pero si no estás conforme haciendo eso, si no te llena de felicidad el camino que seguiste, muy probablemente lo mejor sea cambiar de dirección.


Tengo una amiga que estuvo estudiando ¡3 años! la carrera de Derecho en la Universidad San Sebastián. Le iba muy bien; excelente, a decir verdad, pero se dio cuenta que no era lo que ella quería hacer por el resto de su vida. No le llenaba. Si hubiese querido, ella pudo haber sido la mejor abogada imaginable, mas no se sentía conforme con su carrera. Ahora estará preparándose para estudiar otra cosa el año entrante. 
Y no, no creas que es una chica a la que le sobra el dinero, ni mucho menos creas que su familia se tomó con humor su decisión, porque no es así. Bueno, tú puedes pensar lo que se te dé la gana, pero prefiero aclarar ese punto para evitarte conclusiones feas e innecesarias. 
Es algo muy duro, pero que a largo plazo la hará ser una persona mucho más satisfecha consigo misma que lo que sería haciendo algo que no le gusta.


Lo mismo aplica para mí. De ser un alumno promedio en el Colegio, pasé a ser una basura en la UdeC y, de ahí, a ser el mejor de mi carrera en la USS. ¡Qué nadie me venga a decir que uno no puede cambiar lo que es! Es una cuestión netamente de autoconvencimiento. Como ya te conté arriba, es algo que depende de cada persona y su fortaleza mental. Ese autoconvencimiento te da el poder de cambiar todo en tu vida. Absolutamente todo. Hasta las caras de mis compañeros que se habían quedado la clase anterior con la idea de que uno no puede cambiar lo que es. Sí, hasta eso.
Volviendo ahora al tema de los delincuentes, es cosa de pensar un poco: ¿por qué son delincuentes?
¿Culpa de la sociedad en la que viven encarcelados? No. ¿Culpa de sus experiencias pasadas? Quizá, pero tampoco me convence. ¿Llamar la atención de una sociedad que ansían revolucionar a punta de desmanes? Já. Para mí, un delincuente es un delincuente porque carece de la fortaleza mental para identificar lo que está bien y lo que está mal. Y lo peor es que con los métodos actuales para "rehabilitarlos" lo único que se consigue es aumentar su resentimiento social y sus ganas de seguir delinquiendo; no se ha encontrado una solución para ordenar sus pensamientos y que vuelvan a ser personas que utilicen su cerebro de una manera más apropiada. Y yo sí que he pensado en una solución para ese problema, pero, lamentablemente, no dirijo al mundo como para poder implementar todas las soluciones que harían de este mundo un lugar menos malo. Quizá más adelante me anime a escribir algo sobre cómo sería el mundo si yo fuese quién lo dirigiese.


¡Qué nunca nadie te diga que no puedes cambiar lo que eres! Porque sí que puedes hacerlo. Mientras tú así lo desees, claro está.
Y para terminar, te dejo lo que será la primera frase adjunta a un capítulo en la corta historia de Mar De Frustraciones. Espero te guste.



Próximo capítulo: "Vaso medio lleno"

¡Muchas gracias por leer!
¡Qué tengas una buena noche!

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