Antes de iniciar este capítulo, quiero dejar en claro que respeto a cada persona adepta a cualquier religión existente. La finalidad de éste es presentar mi punto de vista hacia el tema de las religiones en base a lo experimentado en mi día a día. Y sin más que agregar, comencemos.
Cada día me sorprende más el cómo las religiones se adhieren al pensamiento de las personas, al punto de que dedican su vida completa a ello.
Muchas de estas personas son consecuentes y tienen claro que no porque esa sea su idea, va a tener que ser igual para todos. En cambio, hay otros que no tienen remedio: Si les dices que no crees en nada, comienzan a despreciarte como si por no tener su mismo pensamiento no merecieras existir. Es algo que realmente me desagrada. Y no intentes expresar tu punto de vista, porque sus cerebros están tan lavados que difícilmente podrás razonar con ellos. Que ni se te ocurra pedirles que te demuestren que su Dios existe, porque es cuando sacan su agresividad al no tener una respuesta que darte. No importa la forma, ellos siempre querrán tener la razón.
Y es que es así como la iglesia se ha vuelto una institución tan poderosa. En base a convertir a las personas, obtuvieron un financiamiento que hasta hoy en día los posiciona muy por encima de otras instituciones. Y esto no es algo que ocurra sólo con la religión católica, pues todas tienen sus reglas sin sentido que limitan a las personas en su accionar. La libertad queda en nada.
No consigo entender cómo es que estas personas consideran siquiera la existencia de un Dios que manipula su vida y que les otorga y les quita cosas, personas, salud, dinero y todo lo que se te pueda ocurrir. Siempre se me viene a la mente lo que ocurre cuando un equipo médico salva a una persona y todos dicen "Oh, gracias a Dios", dejando en nada los esfuerzos de quienes estudian por años y dándole todo el crédito a ese supuesto ser que tiene el poder de manipular todo lo que ocurre en el mundo. Por contraparte, si la persona en cuestión muere, todos se van en contra del equipo médico y se olvidan de su Dios que sólo aparece cuando las cosas andan bien.
A pesar de todo lo anterior, respeto a gran parte de estas personas, pues cada quien puede creer en lo que quiera. Si quieres creer en Dios, bien. Si no quieres creer en nada, bien. Si quieres creer en Pikachu, bien. Lo que me molesta es cuando se salen (aunque sea sin querer) de su espacio y aplican sus ideales con gente que quizá no está de acuerdo. La mayoría de esas veces son aquellos que te miran feo cuando les dices que no crees en nada, o aquellos que buscan la forma de convencerte para que creas lo mismo que ellos, ya sea directamente o gritando con un megáfono en las calles. Me incomoda hasta cuando me dicen "que Dios te bendiga", porque esa persona no tiene culpa de que yo no crea en lo que la gran mayoría cree.
Ya sea en matrimonios, funerales o algo relacionado en que tenga que ir a una iglesia, siempre acabo sintiéndome fuera de lugar. Es impresionante cómo se le atribuye TODO a Dios. Me duele comprender que las personas le dan más importancia a un Dios que a lo real, a lo tangible. Se deja de lado lo que es una persona, e incluso se ignora el hermoso planeta que tenemos. Se pierde la esencia de estar vivo, que es algo realmente preciado.
Si me preguntan en qué creo, respondo que creo en mí mismo. Creo en que puedo realizar todo lo que quiera, luchando siempre por cumplir mis anhelos. Creo en el amor y cariño que me brindan las personas cercanas a mí, en los sueños y en la naturaleza que nos brinda nuestro preciado planeta. No puedo creer en algo que no puedo ver. Si existe Dios o si existen los extraterrestres no es algo que me importe en este momento. Todo se sabrá a su debido tiempo.
Espero no te hayas tomado este capítulo como algo ofensivo, pues eres libre de creer en lo que quieras. Sólo cuida que sea algo exclusivo para ti y no intentes imponer tu credo a los demás.
¡Muchas gracias por leer!
¡Qué tengas una buena noche!
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