En la vida, las decisiones siempre terminan jugando un rol fundamental, encaminándote hacia algo agradable o, quizá, hacia algo no tan agradable. Tarde o temprano te tocará tomar una decisión importante que determinará si escogiste o no el camino correcto.
Quizá el hecho de que haya más de dos opciones no es tan complicado, porque sabes y te concientizas de que la probabilidad de escoger un mal camino aumenta, por lo que no te sientes tan mal al errar. Ahora, ¿qué es lo que pasa cuando sólo tienes dos opciones para elegir?
Como en el buscaminas, cuando tienes la mala suerte de que te queda ese último movimiento que define la partida; o ganas o pierdes. Eso es lo que aplica de igual manera en la vida real, por ejemplo, en un examen con alternativas en que descartas lo innecesario y sabes que sólo tienes dos opciones (cuántos recuerdos de la querida PSU), o cuando tienes que tomar cualquier tipo de decisión en que se involucre a tu razón y a tu corazón. Por más que pienses todos los beneficios y problemas que te pueda traer, te cuesta encontrar una resupuesta clara y acabas retrasando innecesariamente la toma de la decisión. Te preguntarás que si yo tengo la receta para evitar eso; pues claro que la tengo:
¡Déjate de estupideces y toma la maldita decisión! Poco y nada importa si decides hacerle caso a tu instinto (corazón) o a tu experiencia (razón). Es algo completamente irrelevante cuál de ellas elijas; sólo deja de perder el tiempo desperdiciando horas y horas pensando en algo que nunca solucionarás si eres una persona indecisa. Si no confías en ti mismo, pues pídele ayuda a alguien que pueda aconsejarte y te apoye con tu decisión. Si no confías ni en los demás, como última instancia puedes dejarlo a una moneda y decidir mediante un cara o sello. Lo importante es tomar la decisión rápido y no extender innecesariamente la agonía, que lo único que hará será estresarte de más, cosa que los que te rodean notarán y comenzarán a preguntarte, lo que terminará por estresarte aún más de lo que ya estabas. O tomas la decisión, o caes en esta interminable cadena de estrés.
No importa si el camino es bueno o malo, lo que importa es que sea el camino que tú escogiste y el que a ti te haga feliz. Por eso: ¡Decide de una vez!
Próximo capítulo: "Gracias, Capitán Obvio"
¡Muchas gracias por leer!
¡Qué tengas una buena noche!
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