Resulta genial el tener algo de tiempo libre después de salir de una semana de exámenes. Sentir que todo el esfuerzo valió la pena es algo que me llena y me da una autosatisfacción tremenda. El Carlos actual es lo que siempre he querido ser: alguien capaz de anticiparse a todo, planeando y distribuyendo eficazmente el tiempo. Aunque es fácil decirlo ahora, tuve que pasar por muchas cosas para llegar a ser lo que hoy soy.
Mi "yo" de hace 3 años se tomaba todo muy a la ligera. Estudiaba lo justo y pasaba más tiempo descansando que haciendo algo realmente productivo. La flojera resulta ser el peor enemigo de un estudiante de cualquier carrera, pues te condiciona y no te deja reaccionar sino hasta que queda un día para el examen o para entregar ese trabajo que debiste haber terminado hace 2 semanas.
El tan conocido "deja para mañana lo que puedes hacer hoy" se apodera de la persona en cuestión, y todo concluye en una inmensa sobrecarga para él.
Supongo que entenderás a que me refiero por "sobrecarga". Sí, me refiero a cuando dejas todo para último momento y tienes una montonera de cosas que hacer: Estudiar para los 2 exámenes, estudiar para el test, terminar tu tarea, redactar los 2 informes y hacer el powerpoint para tu presentación; siendo todo esto al día siguiente. (Si pensaste que el capítulo haría referencia a algo relación a la electromagnética o a una sobrecarga que destruya un equipo eléctrico, no te culpo. Yo sí lo hubiese pensado).
Lamentablemente, nuestras acciones (o no acciones, más bien) acumulan esta cantidad de deberes y terminas acorralándote a ti mismo con un elefante que tú mismo alimentaste. (Me salió buena, ¿no? Se me acaba de ocurrir). El gran problema es que cada día son más las personas que caen ante la flojera, creando una relación de amor-odio hacia ella. Te relaja pero te complica a la vez, siendo algo agradablemente desagradable.
Mi consejo personal es que evites la sobrecarga. Distribuye y utiliza bien tu tiempo, a consciencia. Suena molesto, pero es la forma más rápida y eficiente para no caer en el juego de la flojera, que buscará el más mínimo momento para apoderarse de ti y hacer que te conviertas en el típico estudiante que sale de la U para irse a casa a dormir toda la tarde, levantarse y acostarse nuevamente por la noche. ¡Aprovecha tu tiempo!
Es importante que actúes cuanto antes, pues las personas suelen esperar a último momento (última instancia, mejor dicho) para comenzar a moverse y a realizar el amplio número de tareas que se han ido acumulando, convirtiendo ese día en el mayor tormento imaginable que podría vivir una persona. ¿No sería más fácil evitar llegar a esa instancia, dejando de lado los trabajos extra y pruebas recuperativas?
¡Planea, optimiza y ejecuta!
¡Muchas gracias por leer!
¡Qué tengas una buena noche!
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