sábado, 4 de febrero de 2017

#MarDeFrustracionesII - Capítulo 45: La soledad es mi mejor compañía

A finales de junio del año pasado, escribí un capítulo en el cual hablé sobre mi forma de percibir la esencia o "energía" de las personas. Aquel fue uno de los capítulos que más disfruté escribiendo y probablemente uno de mis favoritos. Te dejo el link clickeando AQUÍ.
Ese capítulo sirve como una pequeña introducción para lo que será el que estoy por empezar (o que ya empecé, de hecho). 

Bueno, habiendo contextualizado lo suficiente... ¡Comencemos!

En resumidas cuentas, dentro de mi forma de percibir a las personas, existen tres tipos de energías: positiva, negativa y neutra. Es algo muy sencillo y que supongo podrías entender sin la necesidad de leer el capítulo que te dejé en el enlace ubicado en el primer párrafo. El problema es que la energía base de cada uno se agota (sea del tipo que sea) y para poder recuperarla es necesario recargarse. Eso también depende de cada persona: algunos pueden preferir irse lejos de vacaciones con los amigos y desconectarse de todo lo que les comunique con su mundo (pero aún así subir fotos de todo lo que se come a Facebook/Instagram, ¿no?), otros podrían desear estar con esa persona especial y compartir una infinidad de momentos (y sexo), quizá otros quieran pasar un tiempo con sus familias o, ¿por qué no?, quedarse solo y dormir unas 11 horas diarias. Hay infinitas posibilidades de recarga, pues depende de lo que una persona ame hacer, y que al hacerlo, pueda rellenar sus baterías con su energía base. Yo posiblemente me incluiría en el último ejemplo, sólo que suelo dormir un poco más.

Fuente imagen: Desmotivaciones

Sí, estando solo es cuando mejor me siento. El silencio, la tranquilidad, la posibilidad de conectarse con uno mismo y poder hacer lo que a uno se le dé la gana sin tener que pedir permiso ni darle explicaciones a nadie. Esta es mi forma de recuperar energía durante mi tiempo libre. Podría añadirle lo de escribir, leer y jugar videojuegos, que de todos modos estaría correcto. Definitivamente, la soledad es mi mejor compañía. En algún capítulo hablé sobre las tantas personalidades que viven dentro de mí, las cuales puedo liberar sin ningún inconveniente mientras estoy "solo", y lo dejo entre comillas porque la verdad que el tener diferentes personalidades y poder hacer conversaciones entre ellas (suena un tanto tétrico, lo sé) quita un poco de sentido a la palabra en sí. Curiosamente, cuando estoy solo es cuando más acompañado me siento. Todo fluye a mi ritmo, y no tengo que estar al pendiente de lo que respecta el percibir a otras personas. No hay preocupaciones extra y, no menos importante, la soledad nunca me traicionaría.
Es por eso que paso la mayor parte de mi tiempo solo. Es algo fundamental en mi vida, pues lo necesito para obtener un buen desempeño en las actividades que deba realizar en cualquier ámbito de mi poco agitada vida.

Me es súper-ultra-híper-mega incómodo cuando me invitan a algún evento y/o lugar que obviamente no será de mi agrado, incluyendo discoteques, bares zorrones, gimnasios, conciertos de Justin Bieber, cumpleaños a los que irá gente que no soporto, etc. Iba a agregar "a tomar", pero digamos que no soy quién para negar si me invitan a compartir unas chelitas por ahí. ¿Cómo olvidar de la vez que me mandé 6 o 7 vasotes y llegué semimareado a la clase de Ecuaciones Diferenciales? Gran experiencia que no volvería a repetir pues, si mi letra de por sí ya es mala, imagínate nada más cómo me sale después de aquella dosis. Nunca más, salvo que sea para una clasecita de un ramo que se pase solo, con los ojos vendados, audífonos de "Eme Bus" en las orejas y el brazo hábil atado a la espalda. (Había escrito "atado tras la espalda", pero eso no tendría sentido, ¿o sí? Creo que sí lo tenía, pues estaría correcto. ¡Mierda! Bueno, ¿qué le voy a hacer si ya lo cambié? Mejor lo dejo así tal y como está y le meto un pseudo chiste en el paréntesis que le sigue).
Si me conoces, ¿serías capaz de imaginarme en una discoteque? Yo tampoco. Simplemente no es mi onda, no me sentiría cómodo y probablemente me retiraría antes de cumplir cinco minutos dentro. Demasiadas energías mezcladas dando vueltas y eso me marea. Si te da por invitarme aunque sea sólo por cumplir, pierdes tu tiempo. Mejor me quedo en casa comiendo y con mi cama a la espera para dormir y soñar que el año 2018 no voy a tener clases con el maricón Ramírez. Amén.

Por más que intento, no consigo comprender a la gente que dice que le da miedo quedarse sola. ¿Cómo te va a dar miedo estar contigo mismo? Suena contradictorio. Es inmediato para mí el pensar que esas personas son demasiado débiles de mente como para pasar un día en soledad. ¿Por qué no mejor aprovechar esos momentos de soledad? Por más que te disguste estar solo, deberías aprovechar la situación; la soledad es la llave para encontrarte a ti mismo, relajarte, pensar en lo que eres, definir tus objetivos y planear tu línea de acción. La soledad es necesaria para poder salir adelante y afrontar los nuevos desafíos. La soledad es la mejor compañía que podrías tener. 
Y no te preocupes, que la soledad siempre será una situación temporal (mientras tú así lo desees, claro está). No es un lugar agradable para permanecer eternamente, pero sí que lo es para tener un sitio al que puedas ir de vez en cuando, tu propio espacio en donde nadie te pueda molestar. Siempre es necesario el tener un lugar así.

Sería hipócrita de mi parte el cerrar el capítulo sin afirmar que en este mundo hay una persona que es la gran excepción a mi forma de recargar energía. Es una mujer a las que amo con todo mi corazón, así como a mi madre y a mi hermana. Una persona que realmente se volvió algo imprescindible en mi vida, y difícilmente podría seguir adelante sin su presencia en mi vida. Amo cada segundo estando a su lado. Dudo que leas esto pronto, pero cuando lo leas espero que sepas que eres tú, sin la necesidad de ver tu nombres escrito en las siguientes líneas. ¡Te amo tanto! Gracias por el tiempo que siempre haces para estar juntos, por esos paseos a donde nos lleve el viento, por esos abrazos que me hacen sentir lleno el corazón, por las infinitas risas compartidas y todos, TODOS los momentos compartidos, incluyendo los malos, pues siempre encontramos la forma de sobrellevarlos. Gracias, Javi. Gracias por todo.
Ahora sí puedo cerrar el capítulo sin ningún cargo de consciencia.


Próximo capítulo: "Amistad obligada"

¡Muchas gracias por leer!
¡Qué tengas una buena noche!

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