¿Has notado alguna vez que una persona cercana a ti cambia su forma de ser casi totalmente, coincidiendo con su comienzo de una relación de pareja? Habrás escuchado alguna vez el término de "relación tóxica", el cual implica un daño a uno (o a los dos) de los que integran la relación. Es el tema del que quiero hablar ahora.
Quizá tú, así como los que tengan una relación con "la niña de cristal" no vean esto como una relación tóxica, a lo cual respeto su punto de vista totalmente. En mi caso, lo considero una de las relaciones más tóxicas existentes, por el simple hecho de que la mosquita muerta se encarga de destruir la personalidad de su pareja, cambiándola totalmente a algo que a ella le acomode. Comencemos.
La "niña de cristal" sería aquella persona desagradable para toda persona cercana a su pareja. Sería esa persona que condiciona el actuar de nuestro amigo al punto de que llega a dar pena el cambio de personalidad experimentado. Esa persona que no puede vivir si se separa aunque sea un segundo de su pareja, la que busca el modo de victimizarse siempre con tal de tener a su pareja en la palma de su mano, solucionándole cada problema que se le presente, controlándolo al punto de que apenas es capaz de tomar sus propias decisiones. La pareja acaba por convertirse en una marioneta que estará siempre listo y dispuesto para satisfacer las necesidades de su marionetista, perdiendo su privacidad, su personalidad y, por si fuera poco, a sus amistades y a sí mismo.
Dirás que eso a mí no tiene por qué importarme; pero la verdad es que sí me importa, por el simple hecho de que el perjudicado puede ser un gran amigo, cosa que también acaba por perjudicar la amistad. No me parece una relación sana desde el momento en que nuestro amigo tiene que cambiar su comportamiento al estar presente su niña de cristal. Todo le afecta y uno acaba por preferir alejarse de aquella persona pues no tiene sentido estar con una imagen falsa de esa amistad que tanto querías. El hecho de no poder hacer los mismos chistes, de no poder realizar las mismas idioteces y de no poder disfrutar como antes termina colapsando cualquier amistad. Una relación en que necesitas cambiar tu forma de ser para tener feliz a tu pareja no tiene sentido. ¿Perderte a ti mismo por el simple hecho de que a tu pareja no le gusta tu "yo" real? Así no se puede...
Debo agradecer el hecho de nunca haberme visto envuelto en una relación de este tipo. Nunca he tenido la necesidad de vender una imagen falsa de mí para estar con alguien, y Catalina no es la excepción. Me gusta ser siempre la misma persona: Un hueón serio cuando es necesario y que, a su vez, se ríe de cualquier estupidez, incluyendo el humor negro que tanto ají le introduce a ciertas personas. Si alguien te ama de verdad, va a ser así, tal y como eres; nunca te pediría que cambies tu personalidad a tal extremo de que tus propios amigos te desconozcan. Si así lo hiciste, pues qué pena. Pero recuerda, cuando esa relación termine tus amigos serán los primeros en estar ahí para hacerte volver a ser quien en verdad eres. Es cuestión de tiempo, pues una relación con una niña de cristal suele durar mucho; pero, tarde o temprano acaba por colapsar.
Amores pueden haber muchos, pero los amigos siempre quedan. No puedes darte el lujo de perder a tus amigos más cercanos (que suelen contarse con los dedos de una mano) por una relación tóxica que en cualquier momento puede culminar.
¡Muchas gracias por leer!
¡Qué tengas una buena noche!
Recuerda darle un like a la página de facebook y dejar tu comentario en este post o en el Chat, al costado derecho del blog.