jueves, 15 de diciembre de 2016

#PuntoNorte - Capitulo 3: Una nueva caída.

Buenas noches queridos lectores, como les comenté hace un par de días, estaba en periodo de exámenes finales y bueno no todo resultó como yo esperaba, de los 4 exámenes que tuve aprobé inmediatamente 2, los otros dos me fui a repetición en donde necesito un 4.0 para aprobar. Parecía un deja vú.

El año pasado igual me fui a examen extraordinario en dos ramos, Teorías psicológicas I y Evaluación proyectiva. En ambos reprobé con un 3.9 y 3.8 respectivamente, quería tirarme del quinto piso de la facultad, no sabía qué hacer con dos ramos reprobados y más encima uno me atrasaba un año. Me resigne y asumí que debía volver a tomarlos el segundo semestre de este año. Creo que en ese momento me di cuenta que de cierta manera había tocado fondo.
Llegué este segundo semestre con las pilas puestas en ambos ramos reprobados, empecé como avión en Evaluación proyectiva, tomándome en serio cada test proyectivo, analizando cada dibujo minuciosamente y realizando la pinche y puta evaluación pedagógica integrada de manera consciente, ¿el resultado del ramo? Aprobado. Fui feliz. Sin embargo en Teorías Psicológicas, me fui lento pero seguro (?), comencé con un rojito y terminé con un promedio 4.6 (considerando que son dos ramos en uno y bastantes complicados), fui feliz con mi 4.6 pensando que sólo necesitaba un 3.0 para aprobar pero igual me esforzaría para no bajar mi promedio (después de todo me había eximido de 3 ramos con promedios sobre 5.5, todo un logro para mí), ¿Qué pasó? Me confié y me fui a extraordinario, el examen era de veinte preguntas de desarrollo (diez de psicoanálisis y diez cognitivo constructivista), las cuales no supe bien cómo responder. Me sentí tan estúpida y pensamientos tales como “erí tan hueona que ni un 3 te pudiste sacar” rondaban en mi cabeza. Asumí no más y dije que estudiaría para el extraordinario que sería una semana más tarde.
Dos días después de dar el examen ordinario de Teorías I, tenía el ordinario de Psicopatología adulto, debo decir que en todo el semestre no pude sacarme un 4 en ninguna prueba, menos lo haría en un examen con toda la materia, por lo que opté por estudiar un poco menos y enfocarme en otro examen. Era obvio que me iría a extraordinario si necesitaba un 4.8 así que daría lo mejor de mí en el extraordinario que era ayer.
Ayer también me darían la nota de Teorías I, así que me fui antes a la universidad a revisar mi examen y luego daría el extra. Sin embargo, por irresponsabilidad de las profesoras a cargo del ramo que no lo habían revisado, tuve que esperar hasta después de realizar el extraordinario de psicopatología. Y bueno, fui a revisar el examen y reprobé poh, con un maravilloso 3.4, creo que solo aprobaron 2 personas y bueno, cagué po. No sabía cómo reaccionar, si reír o llorar. Más tarde subirían las notas de psicopatología, así que estaba nerviosa, fui a comer pizza con mis amigas y andaba en otra, no podía creer que volví a reprobar ese ramo. Fui a mi casa y me recosté en el sillón intentando dormir, cuando estaba entrando en el sueño me bombardean muchos mensajes de whatsapp diciéndome que ya estaba la nota y reprobé poh, eso no lo veía venir. Me sentí mediocre, muy mal porque existe la posibilidad que me atrase y no pueda dar mi práctica (se arma un enredo de mierda que no quiero explicar y que tampoco entiendo bien).
En fin, demacrada y todo, fui a un concurrido bar de Temuco, llamado Che-Carlitos, con mis amigas a pasar las penas, conversar y reírnos del mal día que tuvimos, y conversaba con Susana sobre nuestro ramo reprobado (psicopatología) y de pronto me dice “Tengo rabia hueona oh, tengo pena y rabia contigo wn, me decepcionaste como te echaste teorías otra vez y más encima psicopato, ahora te atrasarás y no saldremos juntas de la U”. En ese momento vi como sus ojos se humedecían y no sabía que responderle, sus palabras me llegaron de forma bastante significativa y retumbaban en mi cabeza, justo llegó la Macka para prender el ambiente con sus tallas y cagarnos de la risa con tonteras.
Venía la parte más difícil para mí, decirle a mis papás que reprobé de nuevo, estaba super nerviosa, primero le dije a mi mamá y me dijo “pta que lata, pero lo tomas de nuevo el otro año, además ya sabías como venía la mano”, lo único que retuve y me hizo ruido en la cabeza fue “venía la mano” de donde chucha sacó esas palabras, sólo le dije “gracias mami”. La verdad no me esperaba esa reacción, al igual que mi papá, no me dijo nada, más que “ya no importa, lo tomas el otro año no te preocupes”.
Como decía ayer la amiga Macka, de todo hay que sacar una lección, de aquí saco que nunca hay que mirar feo a una profesora que sea una neurótica de mierda, y que no debo conversar en clases de psicopatología. Hablando en serio y ya con la cabeza fría y habiendo realizado una introspección respecto a mi comportamiento durante el semestre en ambos ramos reprobados, debo decir que me merecía reprobar psicopatología, ya que conversé todo el semestre con la Susi y que tampoco puedo aprobar un ramo que es clave en nuestra formación profesional sin saber realizar un diagnóstico certero o por lo menos cerca de lo que realmente puede tener mi paciente, por lo que estuvo bien haberlo reprobado. Y con respecto a teorías, vieja de mierda me cagaste de nuevo.
A pesar de haberme caído otra vez, cosa que no veía venir, lo acepto y asumo mis errores, seguiré adelante y bueno, es parte de todo proceso caer y volver a levantarse una y otra vez. 

Buenas noches!

No hay comentarios:

Publicar un comentario