Durante estas vacaciones no hice
más que trabajar. No hay nada más que me guste que trabajar (y no, no estoy
bromeando), me encanta compartir con la gente, ayudarles, pero sobre todo,
sentirme útil. Trabajé de vendedora en una panadería y pastelería conocida aquí
en Temuco, Omas Brot, anteriormente había trabajado un verano en esta empresa
por lo que contratarme nuevamente no fue problema. Las primeras dos semanas
fueron estupendas, conocí al personal de la nueva sucursal, recordé como
trabajar en este lugar y los procedimientos que toda empresa tiene. Luego me
cambiaron de local al que anteriormente había trabajado, comencé más o menos
mal, la cajera era como hoyo con las personas y conmigo también, reclamaba por
todo y nada. Cabe decir, que en esta sucursal los procedimientos de orden de
las cosas y todo lo que se hace es distinto a las otras sucursales, entonces
surgieron los problemas con esta señora, que al preguntarle cómo se hacían las
cosas (ya que no era igual que cuando yo había trabajado), me respondía “no
esto ya no se hace así” o simplemente al revisar lo que había hecho, me decía
que estaba mal aun cuando le había preguntado antes. Lo único que quería era
que terminara rápido el turno para irme a mi casa. Para mi fortuna tuve que
devolverme al local del centro al otro día a realizar un reemplazo por dos
días, así que no vería a la vieja de mierda y cuando me tocara volver estaría
con otra cajera, por ende sólo me la toparía en el cambio de turno. Sin
embargo, al terminar mi reemplazo en el centro y volver a la otra sucursal fue
una real mierda, lo pasé como el hoyo. El clima laboral era asquerosamente
malo, y me cargaba llegar a trabajar, nunca en toda mi estadía laboral en Omas
Brot lo había pasado tan como el pico.
Sin embargo uno de mis tantos
lemas es “Mírale el lado positivo”. Quitándole todo lo malo, puedo rescatar los
nuevos lazos que formé con las chicas del centro, con todas me cagué de la risa
durante todo el día, las cosas en común y largas conversaciones con una de
ellas que es bombera al igual que mi pololo, los clientes guapos que llegaban,
las propinas que ayudaban a mi pobreza y otras cosas más. También el hecho de
no ver todos los días a mi pololo, me hizo extrañarlo más. De esta última semana
de mierda me di cuenta que estos años de psicología no fueron en vano, me pasé todos
los pinches turnos analizando a las pinches cajeras, no sé cuál de las tres
estaba más cagá, necesitan con urgencia una psicoterapia, y pensaba en sus
posibles traumas de infancia mientras me contaban de su vida y por su actuar
creo que le achunté a varios. También que mi límite de paciencia es infinito. Y
que al final del día un beso de la persona que amas puede arreglar todo lo malo
jiji.
Muchas veces me ha tocado pasar
por situaciones no gratas, sin embargo, siempre trato de enfocarme en su lado
positivo, porque ¿qué saco con quedarme llorando o lamentando por lo que paso y
enfocarme en lo malo y angustioso del momento? Creo que muchas veces les he
contado que de todas las experiencias saco un aprendizaje y algo bueno, y es lo
que la mayoría de las personas debería hacer, a mi parecer. Sin embargo no toda
la gente lo hace y se queda lamentando el momento por meses y luego se
transforma en depresión (además de los componentes biológicos de cada persona),
creo que la resiliencia es una capacidad que se debe potenciar desde la
infancia, brindando las herramientas necesarias para que cada persona sea capaz
de reponerse ante una mala situación y paralelamente, ser más empático.
Siempre véanle el lado positivo a
las cosas, siempre hay algo bueno en todo lo malo, por ejemplo hoy fue un día
de mierda, todo me salió como el hoyo y lloré como Magdalena a los pies de
Jesús, lo único bueno fue que vi a mis perritos y hace tiempo no los veía jaja
y dieron otro capítulo de Game of thrones que estuvo buenísimo. Para que les
miento fue un día de mierda no más, pero mañana será mejor y además entro a
clases. Maravilloso.
P.D: Respecto a la consulta de
Carlos (Capítulo #53) de porqué los recuerdos vergonzosos llegan a nuestra
mente antes de dormir, simplemente es porque de manera incosciente y automáticamente
tu cerebro hace como un recuento (en palabras simples) de las cosas que fueron
significativas para ti durante el día, es por eso que antes de dormir al tener
un lindo día recuerdas las cosas más bonitas y sonries como hueon nuevamente o
cuando suceden cosas vergonzosas, te dices nuevamente que eres muy hueón y te
cuestionas la conducta que tuviste en ese momento y que podrías haber hecho tal
y tal cosa. Así mismo ocurre cuando están en plena pelea y no se les ocurre
nada y después de harto rato se les ocurren cosas mejores que decirles. Me suele
pasar muy seguido.
Muchas gracias por leer!
Gute Nacht <3